miércoles, 19 de agosto de 2015

Pongamos aromas a la pesca!!

Jerkbait blando con aroma a pescado, infalible.
Con la cantidad de presión que tenemos hoy en dia en nuestros embalses y ríos, los bases están mas recelosos, vamos a nuestros sitios de pesca y hacemos "bolos" o sacamos uno o dos, cuando hace mas de diez años la pesca era mas productiva en nuestras salidas, un servidor para entonces no pescaba depredadores de agua dulce, pero a mas de un veterano habréis oído decir eso de: Ufff antes te hinchabas a sacar lucios o bases...
La pesca deportiva en agua dulce cada vez tiene mas adeptos, y eso se nota en los embalses sobre todo, y si encima pescamos de orilla ya..., Pero siempre podemos recurrir algunos trucos para intentar conseguir jornadas mas productivas, en este articulo nos centraremos en uno en concreto, en meter aromas a nuestros señuelos.
No es que se emplee demasiado en nuestro país, de echo hasta hace unos pocos años aquí prácticamente ni se conocían, pero los pescadores japoneses o americanos los llevan usando años, sobre todo en competición y con buenos resultados, por que si, funcionan.
Muchos creen que estos aromas sirven para atraer al pez hasta nuestro señuelo, pero no es del todo cierto, estos aromas tienen diferentes funciones, y ninguna de ellas es atraer el pez como pasa con los boiles en las carpas y demás ciprinidos como pueden pensar muchos, el bass por ejemplo no se va acercar a nuestro señuelo por que este notando un aroma venir de varios metros, ese no es el primer sentido que emplea el bass o cualquier otro depredador. ¿Cuantas veces hemos visto un bass acercarse a nuestro señuelo y que este le ponga los "morros" justo delante y finalmente emboque o simplemente se marcha por donde a venido y a nosotros se nos queda cara de tontos?
Jig, vinilo y aroma, la combinación perfecta.
Es en ese momento donde la aroma hace su primera función, por que es ahí cuando el depredador percibe el olor, hace que el pez crea que es comestible y esto consigue que retenga durante mas tiempo el señuelo dentro de la boca y podamos reaccionar antes al clavado, por que muchas veces ni nos damos cuenta, o este escupe el cebo al descubrir que no es comestible, y entonces para cuando clavamos, el depredador ya no tiene en su boca nuestro señuelo.
En el tema de aromas hay de dos tipos, los solubles y no solubles, los primeros deberemos prácticamente antes de cada lanzado impregnar nuestro señuelo, y su sabor es mas natural, y los no solubles están echos de aceite, bastante pringosos, pero permanece durante mas tiempo el aroma en el vinilo, incluso dejan un rastro en la caída mas fuerte, lo cual eso nos ayudara bastante a convence a que nuestro depredador emboque, ademas el vinilo cogerá peso y por lo tanto bajara a mas velocidad.
Hay diferentes sabores, sardina, cangrejo, incluso ajo!, y os sorprendería la efectividad de este ultimo, todo ira a base de pruebas que cada uno deberéis realizar para encontrar ese que os de  mas confianza, hay que tener en cuenta que dependiendo de la zona y el momento unos serán mas efectivos que otros, lo mejor es acudir a Internet para encontrar un gran abanico de aromas, y cuidado por que no todos son efectivos, fiaros de las marcas,

lo ideal sera que cojáis un caja especial para vinilos, metáis los vinilos que queráis emplear ese día y pringaros ahí dentro, así fuera de estar manchándose las manos con cada vinilo y no se desperdicia tanto producto. Estos productos los podremos usar tanto en vinilos como en spinners o jigs, probarlo, no os arrepentiréis.
Saludos y buena pesca. CyS.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Barbos a mosca: El bonefish español (1º parte)

Cuando hablamos de la pesca de ciprinidos a mosca, entre las dos especies dominantes de esta modalidad de pesca destaca el Barbo, siendo la amplia distribución por toda la península y su peculiar forma de alimentación (tanto por abajo-filtrando lodos o ninfeando entre la piedras o por superficie-a la caída de pequeños insectos) la que mas fácil de las dos se nos hace a la hora de ponerla en práctica, que no significa que vayamos a hincharnos a sacar peces, ya que este animal es muy desconfiado y su pesca se hace en un 99% de las veces, por no decir un 100%, a pez visto, traduciéndose esta en la máxima del pescador a mosca, que dice que cuando ves a un pez, este ya hace rato que nos a visto.
Tras esta introducción, explicaremos un poco su pesca, tácticas e imitaciones que nos darán una idea aproximada para pescarlos en dos escenarios predominantes de esta especie: ríos con agua en movimiento y masa de agua quietas o embalses, siendo cada uno totalmente distinto al anterior. Empezaremos por su pesca en río.

Estudiemos el entorno

Primero que todo estudiaremos a fondo el escenario donde vayamos a tentar al barbo. Intentaremos elegir un tramo del río donde este sea vadeable o sus orillas sean accesibles a pie. Esto hará que varíe la alimentación del pez, ya que cuando más cerca del agua estén árboles, zarzas, juncos... más probabilidad habrá que el animal se alimente de insectos que caigan al agua, mientras que si el río está al medio de una cuenca más grande que varía por niveles de agua, será mas probable que se alimenten de pequeños invertebrados, moluscos e incluso cangrejos que habiten por la zona, incluso algas(Ova), recordemos que estos peces llevan una dieta omnívora, eso sí, un poco mas estricta que la de la carpa, centrándose siempre en insectos e invertebrados acuáticos. Una pequeña sacadera o caza-mariposas nos ayudará a sacar estos últimos del fango donde los barbos filtran y sabremos a que están acostumbrados a comer para imitarlo después con nuestras moscas. Veremos también la profundidad y anchura del río, lo cual nos indicará, junto con el fondo, la batalla que nos puede dar el pez: nada más picar buscará piedras por las cuales frotarse e intentar deshacerse de aquello que le empuja de la boca, si hay arboles o ramas sumergidas, el miedo le hará buscar refugio bajo ellas, buscará orillas donde pueda esconderse en la maleza sumergida... todo ello lo tendremos en cuenta a la hora de elegir el equipo, punto a seguir en este artículo.

Equipo, tácticas y moscas

Nuestro equipo variará según la zona del río donde pesquemos, ya que equipos demasiado ligeros en lugares hostiles significarán mayor porcentaje de peces perdidos por enganches o por sedales cortados. Hay que tener presente que a mayor corriente mayor fuerza tendrá el pez, y si vamos con la mentalidad de un equipo ligero para disfrutar mas la batalla o evitar espantarlos con las posadas, posiblemente a la primera carrera al clavar el pez no seremos capaces de frenarlo, con los consiguientes problemas que ello conlleva: roturas de sedal, anzuelos partidos, rascar la cola de rata al rozarla contra ramas, piedras... lo único que podremos hacer es ver como nuestro pez se va llevándose, en el mejor de los casos, solo nuestra mosca. Equipos de líneas hasta el 8, sin exagerar, ya que lo primero que tenemos que poder es ser capaces de frenar al pez en su carrera y luego poder cansarlo sin problemas. No os preocupéis si lo que queréis es batalla: en algunos casos he sudado barbos de río por querer bajarme a un equipo de linea 6 por ver peces pequeños. Esos "barbetes" han cogido rió abajo y casi me parten hasta el alma. Según veamos la fuerza con la que trabajan los peces, podremos ir bajando el baremo hasta dar con un equipo que nos dé buenas batallas con el pez sin hacerlo sufrir mucho y sin 
Moscas caseras para el barbo.
preocuparnos nosotros al llevarlo donde queramos. En los ríos con corrientes fuertes podemos 
prescindir del sigilo provocado por ruidos, significa esto que podemos aumentar nuestros tippets o bajos hasta diámetros del 0.30, ya que las posadas en superficie deberán ser "escandalosas" para que el pez las oiga o las note, ya que ahí abajo suele haber mucho jaleo generado por el movimiento del agua. Si pescamos en superfície dejaremos caer la mosca un par de palmos delante del pez para que este la vea y le dé tiempo a reaccionar para subir a cojerla, una vez pasemos el pez la línea empezará a tensar y la mosca se frenará yendo en contracorriente, ocasionando el rechazo del pez. Si sobrepasamos al pez vale la pena que recojamos la línea y volvamos a lanzar delante para no levantar sospechas. Al pescar por el fondo la distancia variará según la corriente: hay que intentar que nuestra imitación pase por delante del pez tocando el fondo para que se parezca lo máximo posible a los bichos que comen, lo vean y lo tomen. Un indicador de picada nos ayudará en sitios donde los barbos cuesten mas de ver, si no lanzaremos y esperaremos a que la línea mosquera se quede quieta cuando la mosca pase por donde esta el pez; clavaremos y si no hay respuesta volveremos a lanzarsela. En cuanto a las imitaciones, si pescamos en superficie los siempre efectivos "bichos" de foam, tricópteros y otras imitaciones para trucha también nos darán buenos resultados, saltamontes, libélulas, hormigas aladas... cualquier mosca que flote emulando cualquier insecto nos servirá. Cuando estén alimentándose por el suelo del río, ninfas, larvas, e incluso la San Juan Worm en colores verde oliva, esta me ha dado muy buenos resultados en ríos cuando todo lo demás falla.

Batalla y suelta
   
Captura, foto y suelta.
       Cuando enganchemos un pez, tenemos que tener en cuenta dos cosas: primera es que no se va a rendir y segunda es que no se va a rendir. Algunos dirán: toma, como todos los peces, pero el barbo tiene una reserva, esa reserva que hace que cuando te agaches a recogerlo después de una buena batalla, vuelva a salir zumbando sacándote hasta la línea de reserva. Especial atención a este momento, ya que es cuando más peces se pierden, pues al estar ya casi a nuestra merced solemos destensar las líneas y el animal aprovecha este momento. Una sacadera es esencial, tanto para cobrarlo como para prepararlo para la foto. Teniendo siempre al pez dentro del agua, lo desanzuelaremos y dejaremos dentro del agua mientras preparamos cámara, báscula, metros... Cada uno refleja sus capturas como quiere, pero siempre con respeto hacia el pez: después de una tremenda batalla como nos dan los barbos estos necesitan descansar y oxigenarse, si lo sacamos del agua y lo dejamos en seco mientras preparamos bártulos, aunque sean dos minutos, el pez va a sufrir falta de oxigeno en su sangre con lo que ello conlleva. Recomiendo dejar descansar un poco al pez en la sacadera dentro del agua, lo sacamos, foto y oxigenamos debidamente y vuelta a su hábitat. Contra menos estresemos y dañemos al pez mayor será porcentaje de supervivencia. Los anzuelos sin muerte, aparte de ayudarnos a clavar mucho mas fácil provocarán menos desgarros en la boca del animal, traduciéndose en menos riesgos de infecciones una vez devueltos al agua. 

Últimos consejos y...¡a por ellos!

Es muy aconsejable invertir algún tiempo en la observación de nuestra presa. Nos indicará las imitaciones, comportamiento y lugares que frecuentan y sabremos con más precisión donde echar nuestros lances. Muchísimo sigilo al acercarse al pez, si vamos vadeando el río barbo pasado, barbo que nos habrá visto, los lances a los barbos que veamos por detrás nuestra son mayoritariamente inútiles, ya que no nos harán caso. El uso de las polarizadas de hará prácticamente obligatorio y al movernos por el río, tanto por dentro como por fuera, vale la pena avanzar algunos metros para quedarse después quietos y observar bien el agua, pues si nos ponemos a caminar nos perderemos más peces que los que imaginamos. El río nos dará capturas tanto en verano como en invierno, solo tenemos que saber leerlo y nos sorprenderá con fabulosas capturas. Buena pesca y, sobretodo, captura y suelta siempre.